DOI: http://dx.doi.org/10.35381/s.v.v3i6.302

Trabajo y Salud Laboral del personal docente

Work and Occupational Health of the teaching staff

Deysi Hernández

deyenf14@hotmail.com

Universidad Central del Ecuador

Ecuador

https://orcid.org/0000-0001-9308-0393

 

 

RESUMEN

Las instituciones educativas constituyen un escenario importante para la promoción de la salud de docentes, estudiantes, e incluso, las familias; para utilizarlo eficazmente, en particular los(as) docentes, es necesario conocer sus condiciones de trabajo y salud. El objetivo principal del presente estudio fue estudiar algunas de las condiciones de trabajo y salud del personal docente, apoyado en autores como Unesco (2008), Caldera, Esteve y Roel (2012), OMS (2008), entre otros. Contenido bajo un estudio descriptivo interpretativo, bibliográfico- analítico, que utilizó metodología cualitativa. De esta forma, es necesario replantear nuevos esquemas administrativos, donde se generen espacios de descanso y reposición de la capacidad laboral. Asimismo, la salud y productividad son un componente importante; Por lo que surgió la promoción de la salud ocupacional como un concepto amplio y positivo de salud, que implica defender, elevar la calidad de vida y la dignidad de las personas que trabajan en el ámbito educativo.

 

Descriptores: Trabajo; Salud laboral; Ámbito educativo; Cualitativo.

 

 

ABSTRACT

The educational institutions constitute an important scenario for the health promotion of teachers, students, and even families; to use it effectively, especially teachers, it is necessary to know their working and health conditions. The main objective of this study was to study some of the working conditions and health of teaching staff, supported by authors such as Unesco (2008), Caldera, Esteve and Roel (2012), WHO (2008), among others. Content under a descriptive, interpretive, bibliographic-analytical study, which used qualitative methodology. In this way, it is necessary to rethink new administrative schemes, where spaces for rest and replacement of work capacity are generated. Likewise, health and productivity are an important component; Therefore, the promotion of occupational health emerged as a broad and positive concept of health, which involves defending, raising the quality of life and the dignity of people working in the educational field.

 

Descriptors: Work; Occupational health; Educational field; Qualitative.

 

 

Recibido: 09 de abril de 2019

Aprobado: 20 de mayo de 2019

 

 

 

Introducción

El sector educativo se encuentra incluido en el sector terciario de la economía, o de servicios, que agrupa actividades que no producen ni transforman materias primas, como las sociales, incluida la educación; se han encontrado diferentes estudios en este sector que refieren que la docencia no se reconoce como una profesión, sino como una vocación, para la cual algunos se encuentran preparados y, por lo tanto, no se percibe que requieran esfuerzos o condiciones especiales para su desempeño, concepciones que pueden afectar el desarrollo y la calidad de vida de los(as) docentes.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) (2008 pág. 12) define las “condiciones de trabajo de los(as) docentes como; un amplio escenario donde convergen un conjunto de dimensiones sociales, personales y físicas, en la cuales laboran los docentes, y la salud, como un concepto social, psicológico y biológico que influye fuertemente en la manera como los docentes acuden a trabajar”.

De allí que el análisis de las condiciones de trabajo y salud del personal docente, en un ambiente como el de las instituciones educativas, presenta características especiales, dado que en este escenario confluyen diversas dimensiones sociales, individuales y biológicas. Las condiciones de trabajo integran aspectos del ambiente físico y aspectos individuales y biopsicosociales del trabajador, así como condiciones de la organización del trabajo y de la tarea; además, se incluyen aspectos extra laborales, como la familia, la recreación y el transporte, entre otros.

A pesar de la importancia del rol del docente, la promoción de la salud en sus lugares de trabajo no ha alcanzado su desarrollo. Se destaca que la investigación en salud y seguridad en el trabajo es fundamental para la planeación y desarrollo de programas de promoción y prevención en el ambiente de trabajo, la cual debe ser coherente con las necesidades reales de este sector laboral. La docencia es considerada una actividad generadora de múltiples y específicas condiciones de exposición laboral que incide sobre el perfil salud-enfermedad, y que se pueden expresar en diversos momentos en el desgaste físico o mental de los profesores.

Dentro las características de las condiciones de trabajo de los(as) docentes se identifican la sobrecarga de trabajo, la inseguridad dentro y fuera de los planteles educativos, las relaciones interpersonales, falta de motivación y baja remuneración, que no corresponde con la responsabilidad de los docentes. Así mismo, el docente, en el desarrollo de su función, se expone a diario a grupos numerosos, con una metodología de enseñanza generalmente tradicional, con escasez de recursos pedagógicos tecnológicos innovadores y avanzados, lo cual hace que aún el marcador, el tablero y la voz continúen siendo los instrumentos por excelencia en la actividad pedagógica.

En ese sentido entonces en la docencia, igual que en otros sectores productivos, existe limitación en el sistema de información sobre accidentes de trabajo y enfermedades profesionales (4); esto fundamenta un cuestionamiento sobre el reconocimiento o no de esta actividad como trabajo, con sus respectivas implicaciones en relación con la salud y seguridad profesional de los(as) docentes, teniendo en cuenta que el trabajo representa una de las principales funciones del ser humano, una vez que ocupa gran parte del tiempo de las personas.

 

 

 

SUSTENTACIÓN TEÓRICA

Docencia y Salud

La actividad docente se extiende desde la educación preescolar hasta las instituciones de postgrado, y no solo abarca la enseñanza académica, sino también la formación científica, artística y técnica en teatros, talleres y laboratorios, educación física en campos de deporte, gimnasios y piscinas. En esta forma, Sevilla y Villanueva (2010) comenta que los miembros de la profesión docente desempeñan tareas utilizando métodos educativos formales e informales, tanto en la educación reglada como en la continua, en centros de enseñanza y fuera del entorno escolar.

Las tareas académicas básicas que se exigen de todos los enseñantes consisten en preparar las lecciones, lo que incluye el desarrollo de estrategias de aprendizaje, la copia de notas orientativas y la elaboración de recursos visuales auxiliares como ilustraciones gráficos y similares; impartir la clase, que requiere la presentación de información de un modo organizado que atraiga la atención del alumnado y procure su concentración, que motive, que dé él solo motivos para que aprendan, los demás padres, madres, dueños de canales de televisión, directores de programas, no son competentes en esa finalidad que dicen, les es ajena. Puede exigir la utilización de pizarras proyectores de diapositivas, retroproyectores y ordenadores; redactar, asignar y calificar exámenes; y ofrecer asesoramiento individual a los alumnos.

Por otro lado; Caldera, Esteve y Roel (2012) mencionan que el aumento de la intensidad del trabajo que está sufriendo nuestra sociedad en los últimos años (y que se refleja en la necesidad de mantener un nivel elevado de atención durante la jornada laboral junto a la necesidad de mantener un alto ritmo de trabajo); el aumento de los turnos y ritmos condiciona una modificación del tiempo necesario para la atención de los hijos. 

Todo ello tiene su reflejo en un aumento de las exigencias de las familias sobre los enseñantes, junto a mayores responsabilidades derivadas de las peticiones públicas para que el sistema educativo haga frente a los nuevos desafíos sociales. “Y todo ello en un contexto de pérdida progresiva de consideración social de su tarea, trabajando con un alumnado más desmotivado y cuyo comportamiento grupal se revela más complejo”. (Caldera, Esteve y Roel 2012)

 

Educación y Salud Ocupacional

Desde el marco de la promoción de la salud, la educación para la salud y la salud ocupacional comparten el mismo objetivo de capacitar a las personas para que puedan adoptar formas de vida saludables. La educación para la salud está dirigida a la población en general, y la salud ocupacional atiende a la población trabajadora. Otra diferencia fundamental entre ellas se encuentra en el hecho de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) (2008) propuso que se privilegiaran en las prácticas de educación para la salud un modelo participativo sobre un modelo tradicional de enseñanza-aprendizaje. Sin embargo, a la fecha, la educación cuenta con otros modelos educativos que pueden resultar efectivos en la promoción de la salud ocupacional, además del participativo.

En el mismo orden de ideas el organismo (pág. 22) señala que “los procesos educativos en salud ocupacional dirigidos a las personas que trabajan en los diferentes ámbitos laborales, deberán, en primer lugar, identificar las necesidades de salud ocupacional y los factores de riesgo existentes. Posteriormente, generar cambios de comportamientos, a través de sensibilizar y facilitar la toma de conciencia sobre las condiciones, factores y/o problemas que puedan constituir amenazas a la calidad de vida de las personas que trabajan, desarrollando capacidades para el cuidado y autocuidado de la salud, propiciando la identificación de necesidades y de reivindicaciones sobre condiciones favorables para la salud”.

Para lograr lo anterior, las intervenciones educativas o también llamadas socioeducativas, pueden resultar de gran valor para alcanzar los objetivos de la salud ocupacional. De acuerdo con Geibler (2010 pág. 18), “la acción socioeducativa es una acción en el marco del sistema post-capitalista. En ese contexto socioeconómico, la acción socioeducativa se dirige a la demandas y necesidades que se originan a raíz de los problemas que aparecen en torno al proceso de producción y reproducción de nuestra sociedad”.

Por tanto, el modelo participativo propuesto por la OMS (2008) deberá estar adaptado a las necesidades de la población, centrado en el saber y en saber hacer. Potenciar la adquisición de habilidades sociales, la competencia en la comunicación y la resolución de conflictos. Incidir en la responsabilidad, la autoestima y la toma de decisiones. Y facilitar la práctica de las habilidades aprendidas. Lo anterior implica que se incorporen métodos de aprendizaje activos, dirigidos hacia las influencias sociales y la de los medios de comunicación de masas, que refuercen los valores individuales y las normas grupales y promuevan el desarrollo de habilidades de sociales.

Por otra parte, Castillo y Cabrerizo (2014, pág. 5) mencionan que los centros ocupacionales están considerados ámbitos de intervención socioeducativa. Dichas intervenciones se han concretado como procesos de ayuda a colectivos desfavorecidos, con la intención de mejorar su situación personal y laboral. Ellas se enmarcan en programas diseñados y planificados que sirven de marco de referencia para la actuación. Ella necesita siempre concretarse en el seno del programa de intervención, con la finalidad de que la actuación llegue a los destinatarios en la forma correcta.

En el caso de la salud ocupacional, las intervenciones socioeducativas tendrían que mejorar la salud de los trabajadores, el ambiente laboral y la productividad, a través del mantenimiento y promoción de la salud de los trabajadores y su capacidad de trabajo; mejorar el ambiente de trabajo en un sitio seguro y saludable; desarrollar organizaciones y culturas de trabajo en una dirección que soportara la salud y seguridad en el trabajo. La metodología a través de la cual se realizan, permiten obtener soluciones adecuadas a la problemática de la salud ocupacional, ya que, de forma invariable, incluyen planificación, implementación y evaluación de las situaciones que se quieren mejorar.

Por otro lado, el ámbito de la pedagogía social se orienta hacia la investigación y creación de conocimiento, y a la acción social, es decir, a intervenir en la práctica con vistas a la resolución de problemas. Todo ello sin olvidar que el objeto de estudio de la pedagogía social es la educación social y la acción educativa-social, por lo que asume la complejidad metodológica de las ciencias sociales y humanas, precisando una preparación metodológica adecuada con el fin de no caer en la rutina al realizar una gran variedad de actividades de mejora de la salud ocupacional sin una finalidad concreta. Es importante focalizar siempre la acción social hacia un objetivo educativo concreto de mejora y de cambio personal, grupal o comunitario.

En la planificación sistemática de las acciones, los objetivos son los que definen, orientan y dan sentido a la intervención. La decisión del enfoque adoptado para la intervención socioeducativa es asunto principal. De ahí que dentro de este apartado se dedique un espacio especial para hablar sobre la fundamentación.

Los diseños curriculares de las intervenciones socioeducativas deben estar fundamentados tanto antropológica como social, cultural, ética y científicamente. Las acciones didácticas surgen de un diseño curricular previo, llamado currículum, por ser el espacio de fundamentación, materialización y desarrollo de los procesos de enseñanza-aprendizaje que acontecen en las instituciones formativas formales. Cuando las acciones se realizan en ámbitos educativos no formales, como en los centros de trabajo, el diseño curricular se denomina currículum social. El currículum social idóneo será el que contenga elementos formativos adecuados a cada realidad.

 

Riesgos específicos de los enseñantes

En la enseñanza se corren riesgos, se trata de una profesión dura por la responsabilidad y dedicación que exige, porque trata con personas (niños, jóvenes en edades conflictivas y sus padres, con compañeros de trabajo). Es una actividad que suele caracterizarse por un considerable grado de estrés, absentismo y agotamiento, pero además de los riesgos psicosociales existen otros. El profesorado de educación infantil o especializada tiene que mover tanto o más peso que cualquier trabajador de cualquier otro sector, con la agravante de que cuando levanta del suelo uno de esos pesos, es frágil, delicado, que no se puede romper porque lo que se rompe entonces es la vida.

Quienes dan clase de formación profesional trabajan con las mismas herramientas que en cualquier industria. Aquellos que enseñan ciencias naturales o física o química cada vez que entran en el laboratorio se encuentran con los mismos peligros que se esconden en cualquier laboratorio industrial. Todos corren el riesgo de contagios, quizás no tan graves como en otras profesiones, pero sí de infecciones molestas y que deterioran.

También es importante destacar que la violencia en el lugar de trabajo es un problema de creciente importancia y de especial interés para los enseñantes. Obligación de soportar el mal comportamiento de los alumnos, además de los riesgos físicos o medioambientales como el ruido. El hecho de que la mayoría del personal docente sea mujeres plantea la cuestión de cómo puede afectar a su salud el doble papel desempeñado como trabajadoras y madres.

Es así que existe una preocupación cada vez mayor por la posibilidad de que algunos entornos escolares contengan materiales cancerígenos como el amianto, campos electromagnéticos generados por la cercanía de líneas eléctricas de alta tensión, plomo, radón o plaguicidas utilizados para el control de plagas en centros docentes y posean una atmósfera contaminada.

En las universidades y escuelas, el gran número y amplia gama de operaciones o materiales peligrosos que se utilizan en la enseñanza, la investigación y las actividades de servicios auxiliares representan un reto para la gestión de la salud y la seguridad. Entre los materiales utilizados se encuentran algunas de las sustancias más peligrosas, que presentan mayor riesgo cuya documentación en materia de toxicidad y seguridad es deficiente o nula. Los riesgos pueden ser múltiples y variados dependiendo de las dimensiones y el carácter de la institución, del tipo de programas académicos ofrecidos y de la naturaleza de las actividades de investigación.

Las pequeñas escuelas universitarias cuya oferta se limita a programas de letras plantean un número relativamente pequeño de riesgos, diferentes a los comunes del sector docente, mientras que en universidades de ámbito más general, que comprenden facultades de medicina, ingeniería, ciencias y bellas artes y formulan programas de investigación exhaustivos, los riesgos son más numerosos y , en ocasiones, pueden ser más graves como los derivados de sustancias químicas tóxicas y de factores biológicos, riesgos reproductivos, radiaciones ionizantes y no ionizantes y otros agentes físicos.

Los riesgos en materia de seguridad y salud no siempre son reconocidos de inmediato y con facilidad por el personal académico de alta cualificación, que suele prestar escasa atención a los controles legislativos o administrativos por considerarlos factores que limitan su libertad académica.

 

¿Cómo identificar los riesgos específicos de cada puesto de trabajo?

La secuencia lógica que permitiría identificar los riesgos específicos de cada puesto de trabajo en el sector docente debería tener en cuenta:

• El análisis de la política en materia de seguridad y salud de la empresa, Delegación Provincial o Universidad. Se trata de valorar el grado de implicación de toda la estructura de la empresa en la prevención. Reconocer la existencia de competencias y responsabilidades, paso previo a cualquier actividad preventiva.

• Examen inicial, es decir la identificación inicial, si se quiere a groso modo, de los riesgos que son evidentes en cada puesto de trabajo y las estrategias que se han desarrollado para solucionar estos problemas.

• La evaluación de aquellos riesgos que no se hayan podido eliminar junto a las estrategias preventivas diseñadas.

¿Porqué por puesto de trabajo y no por actividades supuestamente desarrolladas?, no es lo mismo preparar y dar una clase a un grupo de alumnos que a otro o en aulas bien ventiladas con iluminación correcta, mobiliario adecuado, donde se establecen relaciones sociales satisfactorias todo lo contrario. Y en ambos casos estamos realizando la misma actividad. La ausencia de este requisito básico nos permitiría tratar con propiedad los riesgos específicos de cada puesto de trabajo, nos obliga a buscar indicadores secundarios o indirectos que faciliten una aproximación.

 

METODOLOGÍA

En cuanto a la metodologia corresponde a un estudio descriptivo interpretativo ademas de bibliografico- analitico, que utilizó metodología cualitativa, de esta forma Ríos (2018 p.96), define la revisión bibliográfica como: “la acción de explorar libros, revistas y documentos que sirven para el desarrollo total o parcial de la investigación”, con el objeto de categorizar la información obtenida.

Asimismo, la investigación de tipo analítica tiene como finalidad razonar un suceso y entenderlo en términos de sus semblantes menos evidentes, circunscribiendo tanto el análisis como la síntesis. Analizar representa disgregar o alterar un conjunto en todas sus partes. Síntesis significa congregar distintas cosas de manera que formen una totalidad coherente, dentro de un juicio más amplio del que se tenía al inicio, así lo refiere Padrón (2008). A fin de lograr descripciones densas y profundas de los significados subjetivos que los docentes presentan de salud laboral (Taylor y Bogdan 1990). Se consideró el propio marco interpretativo del profesor para comprender el problema de estudio, asumiendo un método inductivo, que aborda a la persona y su contexto holísticamente y de la manera más natural posible.

Se contactó a los docentes a través de las direcciones de los liceos y se les explicó los fines de la investigación, el método y los criterios éticos, solicitándoles su participación mediante la firma de un consentimiento informado. Posteriormente, en instalaciones de los liceos, se aplicaron las entrevistas en profundidad y, en un segundo momento, los grupos de discusión, lo que permitió contrastar y profundizar las teorías subjetivas encontradas.

En este sentido, se incorporó como herramienta la indagación de episodios biográficos, dado que actúan como fuentes de conocimiento para la elaboración de teorías subjetivas. Así, se buscó la producción de episodios específicos espontáneos relacionados con la salud laboral del docente; episodios repetidos e informados espontáneamente; definiciones subjetivas de los tópicos abordados y episodios tipo, a fin de obtener explicaciones frente a situaciones ficticias propuestas por el investigador.

Descripción: art02_fig01

Diagrama 1. Modelo comprensivo de teorías subjetivas de salud laboral docente.

 

 

DEDUCCIONES DE LA INVESTIGACIÓN

Es importante mencionar que los(as) docentes no reconocen su profesión como una labor que pueda generar riesgos, pues atribuyen las enfermedades profesionales a otras actividades distintas a su proceso laboral. De acuerdo con los resultados hallados, es conveniente desarrollar estrategias que fomenten la participación de los docentes en la gestión de la salud y seguridad en el trabajo. Es necesario empoderar a los docentes de las instituciones educativas en el manejo de procesos de trabajo seguro y estilo de vida laboral saludable.

Es necesario continuar trabajando en esta área para fortalecer las estrategias para la intervención y el mejoramiento de las condiciones de trabajo y salud de los docentes, vistas como una oportunidad de mejora continua en el proceso de trabajo, y como un valor agregado para generar bienestar en la población docente. Es pertinente que en la formación profesional de los docentes se vinculen aspectos sobre las formas de promoción y protección de la salud en la vida laboral, reconociendo situaciones potenciales de riesgo en su labor.

En cuanto a la organización del trabajo, se deben replantear nuevos esquemas administrativos, en los cuales se generen espacios de descanso y reposición de la capacidad laboral del docente. Así mismo, la salud y productividad son un componente importante; Por lo que surgió la promoción de la salud ocupacional como un concepto amplio y positivo de salud, que implica defender y elevar la calidad de vida y la dignidad de las personas que trabajan en el ambito educativo.

Al respecto, Jiménez (2018) señala que: 

(…) es evidente el soporte a la población laboral cuya salud debe ser vista como una necesidad para garantizar la calidad de vida, para lo cual se requiere de investigación y generación de evidencias para la toma de decisiones y control en el campo de la salud ocupacional, donde se requiere un cambio en la cultura organizacional como herramienta de inversión que mejore la productividad y rentabilidad (p.64).

 

En esta investigación se analizaron las aportaciones de la educación como ciencia dinámica, ya que a través de las intervenciones socioeducativas, puede resultar de gran valor para coadyuvar en la mejora de la salud ocupacional. Para la promoción de la salud ocupacional ya no es suficiente un modelo participativo donde solamente se promueva el conocer y el hacer. Hace falta adoptar enfoques teóricos más innovadores que permitan a las intervenciones didácticas promover también el relacionarse efectivamente con los demás y realizarse plenamente como individuos.

Se ha vuelto imposible, y hasta inadecuado, responder de manera puramente cuantitativa, o incluso desde una forma única de intervenir, a la insaciable demanda de educación en salud ocupacional. Las intervenciones educativas tienen serias implicaciones sociales, políticas e ideológicas, y no solamente el impacto sobre la salud de los docentes como puede parecer a simple vista.

 

Referencias consultadas

1.    Caldera, A; Esteve, L y Roel, J (2012) La salud laboral en el sector docente. Fundación estatal para la prevención de riesgos laborales. España. Disponible en: http://tusaludnoestaennomina.com/wp-content/uploads/2014/06/Salud-laboral-en-el-sector-docente.pdf

 

2.    Castillo, S y Cabrerizo, J (2014) Evaluación de programas de intervención Socioeducativa: Agentes y Ámbitos. Pearson Educación. S. A. Madrid.

 

3.    Geibler, K (2010) Acción socioeducativa: modelos/métodos/técnicas. Madrid. Narcea.

 

4.    Jiménez Leen., J. (2018). HISTORIA DE LA SALUD OCUPACIONAL EN LA DINAMICA DEL DOCENTE UNIVERSITARIO. Revista Arbitrada Interdisciplinaria Koinonía, 2(3), 48-64. Recuperado de http://fundacionkoinonia.com.ve/ojs/index.php/revistakoinonia/article/view/51/38

 

5.    Organización Mundial de la Salud. OMS. (2008). Cuadernos de Salud Pública. El Sistema Sanitario al Servicio de Atención Primaria de Salud. Ginebra.

 

6.    Padrón, J. (2008). Discourse analysis and social research: topics for seminar. Published by the Postgraduate Deanship of the Simón Rodríguez National Experimental University. Venezuela.

 

7.    Ríos, L (2018) Standards for the preparation and writing of Psychology review articles. International Journal of Clinical and Health Psychology. Vol. 9, No. 2, pp.329-344. Disponible en: https://www2.uned.es/reop/documentos/standards.pdf

 

8.    Sevilla, U; Villanueva, R. (2010) La salud laboral docente en la enseñanza pública. 2000. Madrid. Federación de Enseñanza. CCOO. Situación sobre los docentes en América Latina. GTD-PREAL-ORT. http://www.preal.org/GTD/docs/estadoprimeraparte.PDF.

 

9.      Taylor, S. y Bogdan, R. (1990). Introducción a los métodos cualitativos de investigación. Barcelona: Paidós

 

10. UNESCO (2008). Condiciones de Trabajo y Salud Docente, Estudios de casos en Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú y Uruguay. UNESCO OREALC, Santiago. Disponible en: http://mapeal.cippec.org/wp-content/uploads/2014/06/UNESCO-Antecedentes-y-Criterios-para-la-elaboracion-de-politicas-docentes-en-AL-2012.pdf

 

 

REFERENCES CONSULTED

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2.    Castillo, S and Cabrerizo, J (2014) Evaluation of socio-educational intervention programs: Agents and Areas. Pearson Education. S. A. Madrid.

 

3.    Geibler, K (2010) Socio-educational action: models / methods / techniques. Madrid. Narcea.

 

4.    Jiménez Leen., J. (2018). HISTORY OF OCCUPATIONAL HEALTH IN THE DYNAMICS OF THE UNIVERSITY TEACHER. Interdisciplinary Arbitrated Journal Koinonía, 2 (3), 48-64. Retrieved from http://fundacionkoinonia.com.ve/ojs/index.php/revistakoinonia/article/view/51/38

 

5.    World Health Organization. WHO. (2008). Public Health Notebooks. The Health System at the Service of Primary Health Care. Geneva.

 

6.    Padrón, J. (2008). Discourse analysis and social research: topics for seminar. Published by the Postgraduate Deanship of the Simón Rodríguez National Experimental University. Venezuela.

 

7.    Rivers, L (2018) Standards for the preparation and writing of Psychology review articles. International Journal of Clinical and Health Psychology. Vol. 9, No. 2, pp.329-344. Available at: https://www2.uned.es/reop/documentos/standards.pdf

 

8.    Sevilla, U; Villanueva, R. (2010) Teaching occupational health in public education. 2000. Madrid. Federation of Teaching. CCOO Situation on teachers in Latin America. GTD-PREAL-ORT. http://www.preal.org/GTD/docs/estadoprimeraparte.PDF.

 

9.    Taylor, S. and Bogdan, R. (1990). Introduction to qualitative research methods. Barcelona: Paidós.

 

10. UNESCO (2008). Working Conditions and Teaching Health, Case Studies in Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Mexico, Peru and Uruguay. UNESCO OREALC, Santiago. Available at: http://mapeal.cippec.org/wp-content/uploads/2014/06/UNESCO-Antecedentes-y-Criterios-para-la-elaboracion-de-politicas-docentes-en-AL-2012.pdf

 

 

 

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