http://dx.doi.org/10.35381/s.v.v5i1.1588
Consideraciones sobre la infección por SARS-CoV-2
Considerations on SARS-CoV-2 infections
ua.elsylabrada@uniandes.edu.ec
Universidad Regional Autónoma de los Andes, Ambato
Ecuador
https://orcid.org/0000-0002-6828-8675
Iruma Alfonso-González
ua.irumaalfonso@uniandes.edu.ec
Universidad Regional Autónoma de los Andes, Ambato
Ecuador
https://orcid.org/0000-0001-6866-4944
María-del-Carmen Yabor-Labrada
ua.irumaalfonso@uniandes.edu.ec
Universidad Regional Autónoma de los Andes, Ambato
Ecuador
https://orcid.org/0000-0001-5391-7224
Recepción: 10 de agosto 2021
Revisado: 15 de septiembre 2021
Aprobación: 15 de noviembre 2021
Publicación: 01 de diciembre 2021
Sra. Editora:
El MSP del Ecuador en su boletín 002, expresa que los coronavirus (CoV) son un grupo de virus ARN encapsulados de polaridad positiva altamente diversos de la familia Coronaviridae que se dividen en 4 géneros: alfa, beta, gamma y delta coronavirus (1). En las últimas décadas dos coronavirus del género Betacoronavirus (SARS-CoV y MERS-CoV), fueron responsables de brotes de enfermedad respiratoria severa, con una elevada letalidad (2).
Los signos y síntomas de la enfermedad del coronavirus 2019 (COVID-19) pueden aparecer entre 2 y 14 días después de la exposición al virus. Este período entre la exposición y la aparición de los síntomas se llama el período de incubación. Algunas personas tienen solo unos pocos síntomas, y otras no tienen ninguno. En algunas personas quizás los síntomas empeoran, como más problemas para respirar y neumonía, aproximadamente una semana después de comenzar (3).
Las personas obesas corren un mayor riesgo de tener COVID-19 de más gravedad, otros autores también han reportado que el riesgo aumenta con la edad. Las personas que tienen afecciones de salud crónicas también pueden tener un riesgo más alto de una enfermedad grave (4).
Algunas enfermedades crónicas que aumentan el riesgo de gravedad del COVID-19 incluyen: Enfermedades cardíacas graves, como insuficiencia cardíaca, enfermedad de las arterias coronarias, o miocardiopatía; Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC); Diabetes tipo 2; Obesidad grave; Enfermedad renal crónica; Enfermedad de células falciformes y Sistema inmunitario debilitado por trasplante de órganos sólidos (5).
El riesgo de una enfermedad más grave puede verse aumentado por otras afecciones, como ser: Asma; Enfermedad hepática; Enfermedades pulmonares crónicas, como fibrosis quística; Afecciones del cerebro y del sistema nervioso; Sistema inmunitario debilitado por trasplante de médula ósea, VIH, o algunos medicamentos; Diabetes tipo 1 y Presión arterial alta. Los pacientes confirmados y los contactos de estos cuentan con vigilancia epidemiológica y control médico por parte del Ministerio de Salud Pública según reportes del MSP del Ecuador (6).
CONFLICTO DE INTERÉS
Los autores declaran que no tienen conflicto de interés en la publicación del artículo.
FINANCIAMIENTO
Autofinanciado.
AGRADECIMIENTO
A la Universidad Regional Autónoma de los Andes, por apoyar el desarrollo de la investigación.
REFERENCIAS
2021 por los autores. Este artículo es de acceso abierto y distribuido según los términos y condiciones de la licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional (CC BY-NC-SA 4.0) (https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/).