http://dx.doi.org/10.35381/r.k.v6i4.1439

 

El juego cooperativo y su influencia en las competencias matemáticas de infantes escolarizados

 

Cooperative play and its influence on the mathematical competencies of school children

 

 

 

 

Angela Beatriz Rodríguez-Montes

anbet_04@hotmail.com

Universidad César Vallejo, Chimbote

Perú

https://orcid.org/0000-0001-8404-1763

 

 

 

 

 

Recepción: 01 de julio 2021

Revisado: 15 de agosto 2021

Aprobación: 15 de septiembre 2021

Publicación: 01 de octubre 2021

 

 

 

 

 

 

 

 

 

RESUMEN

El artículo de revisión tiene por objetivo analizar el juego cooperativo y su influencia en las competencias matemáticas de infantes escolarizados en el Perú. Se realizó una revisión bibliográfica con la intención de conocer el estado de la cuestión de las variables de estudio, de ese modo, a través del método analítico – sintético, se procura generar una síntesis teórica como aporte a la cultura científica de la educación peruana. El juego cooperativo, contribuye al desarrollo de habilidades motrices, siendo que se podría conjugar con las matemáticas para coordinar una interacción entre lo cognitivo con lo social, siendo importante focalizar la puesta en acción del juego cooperativo diligentemente en posición de gestionar favorablemente el pensamiento matemático en los estudiantes.

 

Descriptores:  Juego educativo; material didáctico; matemáticas. (Palabras tomadas del Tesauro UNESCO).

 

 

 

ABSTRACT

The review article aims to analyze cooperative play and its influence on the mathematical competencies of school children in Peru. A bibliographic review was carried out with the intention of knowing the state of the question of the study variables, thus, through the analytical-synthetic method, an attempt is made to generate a theoretical synthesis as a contribution to the scientific culture of Peruvian education. Cooperative play contributes to the development of motor skills, being that it could be combined with mathematics to coordinate an interaction between the cognitive and the social, being important to focus the implementation of cooperative play diligently in a position to favorably manage mathematical thinking in the students.

 

Descriptors: Educational game; teaching materials; mathematics. (Words taken from the UNESCO Thesaurus).

 

 

 

 

 

 

 

 

INTRODUCCIÓN

El juego cooperativo se constituye en una actividad puntual que busca gestionar el aprendizaje a través de influenciar positivamente la motivación del infante, de ese modo, podrá el docente, explicar o transmitir alguna enseñanza, siendo esta de orden, psicomotor, perceptivo, afectivo – relacional; logrando transmitir valores con la intención de comprender lo importante de socializarse en base al respeto mutuo (Cuesta-Cañadas et al. 2016).

En este sentido, es importante relacionar los juegos cooperativos en función de promover satisfactoriamente las competencias matemáticas en los infantes escolarizados, esto con el propósito de propiciar las relaciones lógicas – matemáticas, debido que son consideradas esenciales para la generación de otros aprendizajes, en este sentido, resulta fundamental o importante porque los docentes consideran que las matemáticas en general abren al niño al mundo, aportan el conocimiento del medio y van mucho más allá del número” (Ormeño-Hofer et al. 2013, p. 7). Siendo considerable configurar una didáctica posibilitadora de integrar asertivamente el juego cooperativo como medio de activación significativa de las matemáticas en los infantes escolarizados.

En razón de lo planteado, se realiza un artículo de revisión bibliográfica con la intención de conocer el estado de la cuestión de las variables de estudio, de ese modo, a través del método analítico – sintético, se procura generar una síntesis teórica como aporte a la cultura científica de la educación peruana; para tal fin, se escrutó las bases de datos científicos: Scopus, WOS, Scielo, Latindex, Redalyc; con la intención de conocer los resultados de investigaciones previas, lo cual, permitió constituir la argumentación teorética del actual trabajo.

Partiendo lo planteado, el artículo de revisión tiene por objetivo analizar el juego cooperativo y su influencia en las competencias matemáticas de infantes escolarizados en el Perú.

 

 

DISCUSIÓN BIBLIOGRÁFICA

Se presenta la discusión bibliográfica en función de las variables de estudio:

 

Juego cooperativo

En líneas anteriores se reseñaba sobre la importancia que tiene esta actividad en la generación de aprendizajes cooperativos en los estudiantes, por lo tanto, en primer lugar, es necesario aclarar que el juego cooperativo es una actividad o estrategia implementada desde el fundamento del método de aprendizaje cooperativo, el cual no es de recién creación, sino, que dista de un tiempo donde ha venido evolucionando conceptual y pragmáticamente (Azorín-Abellán, 2018), en el cuadro 1, se presenta parte del devenir de este concepto:

 

Cuadro 1.

Definiciones de aprendizaje cooperativo.

 

Finalidad

Enfoque

Definición

Correlación positiva de logros

Condicional

Desde el punto de vista de la psicología social, Deutsh (1949), según la perspectiva de Kurt Lewin, define una situación social cooperativa como aquélla en la que las metas de los individuos separados van tan unidas que existe una correlación positiva entre sus logros, de modo que un individuo alcanza su objetivo sólo si los otros miembros también alcanzan el suyo

Objetivos compartidos

Grupal

Para Johnson y Johnson (1991), cooperar significa trabajar juntos para lograr objetivos compartidos. Posteriormente, Johnson et al. (2013) amplían esta definición indicando que el AC es el uso de pequeños grupos con el objetivo de que los estudiantes trabajen juntos y maximicen su propio aprendizaje y el de los otros, lo que implica, intrínsecamente, la adquisición de contenidos curriculares junto con el desarrollo de habilidades asociadas a este respecto.

Santos et al. (2009: 291) aluden al concepto de AC como “un enfoque pedagógico en el que se da una estructuración tal del aprendizaje que grupos heterogéneos de alumnos pueden trabajar juntos hacia el logro de una meta compartida en el mismo proceso de aprendizaje” (cursivas añadidas). Por tanto, cada estudiante no se responsabiliza de forma única y exclusiva de su aprendizaje, sino también del de los otros miembros del grupo.

Según Muñoz et al. (2016: 139), “el aprendizaje cooperativo es un enfoque pedagógico donde los estudiantes trabajan en pequeños grupos heterogéneos para conseguir una meta común” (cursivas añadidas).

Cobas (2016: 161) indica que “el aprendizaje cooperativo es una estrategia, a la par que metodología de innovación, que promueve de forma activa la participación del alumno, basado en la ayuda mutua y bajo la dirección activa del profesor”. Por consiguiente, puede resumirse que constituye un método docente donde el aprendizaje es de todos y para todos, con la participación en pequeños grupos y el desarrollo de la enseñanza sobre la base del trabajo en grupo.

Interacción

Relacionista

Por otra parte, Kagan (1994) sostiene que el AC tiene que ver con una serie de estrategias instruccionales que incluyen la interacción cooperativa de estudiante a estudiante, utilizando como leitmotiv para ello un tema, que se convierte en parte integral de su proceso de aprendizaje.

En esta misma línea, Lobato (1998) entiende el AC como un enfoque interactivo que implica que los estudiantes aprendan unos de otros.

Cooperar para aprender

Motivacional

Para Pujolás (2004: 98), “la estructuración cooperativa del aprendizaje supone la organización de la clase de tal manera que los alumnos tengan la oportunidad de cooperar (ayudarse los unos a los otros) para aprender mejor los contenidos escolares, y aprender al mismo tiempo a trabajar en equipo” (cursivas añadidas). Un tiempo después, Pujolás (2008: 14) completa esta definición indicando que el AC puede ser definido como “el uso didáctico de grupos reducidos de alumnos y alumnas (generalmente, de cuatro a cinco) que trabajan en clase en equipos, con el fin de aprovechar la interacción entre ellos mismos y aprender los contenidos curriculares cada uno hasta el máximo de sus capacidades, y aprender, a la vez, a trabajar en equipo”

Responder a la diversidad

Inclusivo

Recientemente, la Fundación Mapfre (2016: 3) publicó El trabajo cooperativo como metodología para la escuela inclusiva, donde se admite que la inclusión educativa plantea: 1) la diversidad como un aspecto natural e inherente a la humanidad; 2) la diferencia como un valor y 3) la enseñanza como un reto al que se enfrenta el profesorado, que debe garantizar una respuesta de calidad. En este contexto, el AC se presenta como “una de las herramientas que pone en marcha y desarrolla la transmisión de estos valores indispensables para la vida en sociedad, una sociedad diversa en cuanto a aptitudes, creencias y culturas”.

Fuente: Tomado de Azorín-Abellán (2018, p. 4).

 

 

La evolución del concepto del aprendizaje cooperativo, ha evolucionado en la medida que los defensores de esta visión, han experimentado e integrado nuevas premisas en función de coordinar la puesta en práctica con la mayor eficacia pedagógica posible, resumiéndose a través de las siguientes premisas:

a)    Interdependencia positiva mutua. Esta característica se pone de manifiesto cuando los integrantes del grupo sienten que están vinculados con los demás de forma que no pueden alcanzar el éxito si el resto tampoco lo hace.

b)    Interacción promotora (también denominada “cara a cara” o “simultánea”). Con respecto al proceso de interacción,  las partes que interactúan es mejor que la suma de las partes.

c)    Responsabilidad individual y grupal. El AC está basado en la idea de la reciprocidad del esfuerzo, lo que pone la mirada no sólo en el progreso individual, sino también en el colectivo. De este modo, se incide en la importancia del compromiso personal para que los demás mejoren su aprendizaje.

d)    Procesamiento grupal (se refiere a un proceso de autorregulación y de autoevaluación del grupo). Este elemento se relaciona con el momento de la evaluación o valoración del aprendizaje, conductas, relaciones, actitudes y habilidades de las diferentes personas que forman parte del equipo. En este apartado se alude a tres tipos de evaluación implicados en el aprendizaje cooperativo: 1) evaluación del aprendizaje individual o grupal; 2) evaluación entre iguales (coevaluación); y 3) autoevaluación.

e)    Habilidades interpersonales o grupales (también denominadas habilidades sociales, comunicativas o cooperativas). Este tipo de habilidades se utiliza durante el trabajo en grupos de personas que presentan un perfil heterogéneo de intereses, necesidades y capacidades. Son habilidades que tienen que ver con el liderazgo social y con la destreza para entenderse y coordinarse con los demás, generar confianza y saber gestionar los conflictos.

 

Las características descritas son tomadas del trabajo de (Azorín-Abellán, 2018, p. 5) de ese modo, se evidencia que la visión cooperativa del aprendizaje procura la germinación de una serie de aptitudes en el discente, con la intención de contribuir en la consolidación de una persona en capacidad de asumir el trabajo grupal, no como un accionar al azar, sino, con una intención de trabajo basada en la sinergia, esto con la intención de formar lideres en razón de asumir su rol protagónico en la función que se desempeña en una determinada posición académica, profesional, social; por lo tanto, se perfila la construcción de una sociedad sistemática.

Lo importante del tema, es que los integrantes del grupo cooperativo (ambiente de aprendizaje), deben tener claridad en el objetivo o meta a lograr, por cuanto todos trabajan en la consecución del mismo, cada persona se constituye en un actor importante para transformar la realidad desde el trabajo en conjunto, se pasa de un grupo a un equipo de trabajo, pasando de una intención individual a una acción cooperativa de aprendizaje (Martínez-Seijo, 2012).

Estas competencias cognitivas procedimentales del estudiante formado en aprendizaje cooperativo, conduce a prepararse para afrontar la vida desde una visión cooperativa (Rodríguez-García et al. 2017), de ese modo, se focaliza a través de este método, no solo la concepción de un académico, sino, de un ciudadano con capacidad para afrontar los retos sociales desde una perspectiva donde los intereses colectivos privan sobre los individuales, por cuanto el

Trabajo cooperativo tiene efecto sobre el autoconcepto general y, específicamente sobre el autoconcepto físico, personal, familiar y social, no así sobre el autoconcepto moral-ético. Profesores y alumnos señalan que el uso de aprendizaje cooperativo reporta beneficios para la acción pedagógica en general y para la interacción de los alumnos (Denegri-Coria et al. 2007, p. 14).

 

La generación de un auto concepto favorable por parte de la persona, contribuye a un mejor desempeño individual – grupal en las acciones que desempeña, logrando ser líder en contribución de ser activo en la responsabilidad a desempeñar, de ese modo, deja la pasividad propia de la baja autoestima, insertándose positivamente en el logro de objetivos y metas, siendo indispensable el auto concepto para ser efectivos socialmente (Reynoso-González et al. 2018), siendo considerable tener en cuenta que el auto concepto académico del estudiante se ve reforzado en aras de aprender para obtener un excelente rendimiento escolar (Veliz-Burgos & Urquijo, 2012), visibilizándose la importancia de gestionar lo afectivo a través de lo cooperativo.

 

Juego cooperativo y competencias matemáticas

El juego cooperativo como actividad del aprendizaje cooperativo, viene a representar una opción favorable para estudiantes en el nivel de preescolar o educación inicial, sobre todo cuando en esta etapa, el auto concepto se basa en el “yo”, es ir preparando progresivamente al infante, a tomar el rol protagónico de su aprendizaje en niveles de complejidad superiores, a los cuales se enfrentará en un futuro. Lo cual concuerda con el estudio de (Chávez-Epiquén et al. 2021), cuando indican que aprender matemáticas desde una didáctica activa como es lo cooperativo, se registran indicadores de idoneidad didáctica. Siendo conveniente, tener en cuenta que:

Desarrollar competencias matemáticas, implica adquirir conocimientos básicos accesibles, autoorganizados y flexibles, métodos heurísticos, meta-conocimiento, creencias positivas relacionadas con la disciplina y habilidades auto-regulatorias; implica que el estudiante sea capaz de transferir habilidades y conocimiento a nuevas tareas y contextos de aprendizaje (De Corte, 2007).

 

Por consiguiente, a través del juego cooperativo, es indispensable que el estudiante identifique los números, asocie con su entorno social, esto con la intención de promover progresivamente la metacognición como parte de preparar el pensamiento a la resolución de problemas, con lo cual, el docente sale de la enseñanza monótona que coacciona la libertad para que el estudiante conjugue la importancia de las matemáticas más allá del ambiente de aprendizaje (Leal-Ramírez et al. 2021); en este sentido, el (Minedu, 2015), promueve el enfoque centrado en la resolución de problemas, ver figura 1.  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Figura 1. Enfoque centrado en la resolución de problemas.

Fuente:  Minedu  (2015).

 

El enfoque centrado en problemas, procura un aprendizaje significativo a partir de simular la solución de casos de la vida diaria, para lo cual, se requiere una visión flexible, en la didáctica (Bizarro, 2018). Siendo complementario, el uso de metodologías como el aprendizaje colaborativo hasta alcanzar lo cooperativo, como consolidación del conocimiento en el estudiante (Collazos & Mendoza, 2006), considerándose que lo colaborativo se gestiona como base asociativa para el logro de un fin educativo (Revelo-Sánchez et al. 2018).  

Sin embargo, es necesario tener en consideración la formación docente en cuanto a la conceptualización y aplicación didáctica del aprendizaje cooperativo (Basantes-Andrade & Santiesteban-Santos, 2019); esto contribuirá en focalizar la puesta en acción del juego cooperativo diligentemente en posición de gestionar favorablemente el pensamiento matemático en los estudiantes, sobre todo cuando este contribuye en la socialización y procesamiento cognitivo del conocimiento (Zurita-Aguilera, 2020).

Otro elemento a tener en cuenta para una efectiva aplicación del juego cooperativo, es tener en cuenta que este puede ser generado como parte del aprendizaje por proyectos (Formento-Torres, 2019), contribuyendo así, a la consecución de metas propuestas en el programa escolar, además de promover conductas asertivas por medio del cumplimiento de reglas (Osés-Bargas et al. 2016).

Una vertiente a tener en cuenta es que el juego cooperativo, contribuye al desarrollo de habilidades motrices, siendo que se podría conjugar con las matemáticas para coordinar una interacción entre lo cognitivo con lo social (Roa-González et al. 2019), incluso, estimulando el cerebro a tener mayor receptividad para el aprendizaje (Aníbal-Sailema et al. 2017), teniendo en cuenta que “el aprendizaje promovido por el juego puede permitir  que  el  estudiante  interprete,  conozca,  entienda  y asimile  su  contexto,  resolviendo  problemas  orientados  a unos  objetivos” (Garay-Mantilla et al. 2021), a partir que el juego estimula al estudiante a la aprehensión del conocimiento (Carrillo-Ojeda et al. 2020).

Siendo recurrente emplear una planificación didáctica a partir del juego con la intención de propiciar la calidad educativa (Hernández-Ordóñez et al. 2019), teniendo en cuenta que es:

Importante que el docente, en el momento de realizar su planeación didáctica, identifique lo que va a realizar para enseñar y lo que va a realizar el alumno para aprender. Es decir, aprender y aplicar técnicas instruccionales y grupales, tomando en cuenta contenidos, recursos, tiempos y el contexto donde se lleva a cabo la práctica docente (Morales-Salas, 2018).

 

Por lo tanto, los juegos cooperativos deben ser aplicados bajo principios pedagógicos establecidos, en conformidad de no solo generar diversión, sino, aprendizaje, especialmente en la concreción de las competencias matemáticas, situación que se proyecta en contribuir el pensamiento critico en los estudiantes (Gorozabel-Quiñonez et al. 2020).

 

CONCLUSIÓN

El juego cooperativo, contribuye al desarrollo de habilidades motrices, siendo que se podría conjugar con las matemáticas para coordinar una interacción entre lo cognitivo con lo social, siendo importante focalizar la puesta en acción del juego cooperativo diligentemente en posición de gestionar favorablemente el pensamiento matemático en los estudiantes, en apoyo de otras metodologías como el aprendizaje basado en proyectos o en la resolución de problemas, con la intención de articular efectivamente el fin pedagógico del juego cooperativo, sobre todo cuando se trata de fomentar competencias matemáticas en los primeros años de vida y formación académica.

 

FINANCIAMIENTO

No monetario.

 

AGRADECIMIENTO

A la Universidad Cesar Vallejo, Chimbote; por motivar el desarrollo y fomento de la investigación.

 

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