EDITORIAL
Hablar de socialización del saber es adentrarse al mundo del conocimiento , de los nuevos avances de la ciencia, pero sobre todo es compartir esa información o experiencia obtenida desde los diversos medios o vías para poder obtener de ella el mayor provecho posible de manera de ponerla al margen de las exigencias de un entorno y de una u otra manera brindar alternativas de solución a las diferentes problemáticas desde todas las áreas del saber y en los diversos escenarios donde nos corresponda desenvolvernos.
En ese sentido todo individuo como miembro responsable ante una sociedad necesita sin duda alguna compartir saberes para construir nuevos, dejando a un lado hacer siempre lo mismo si queremos obtener resultados diferentes, esa socialización del conocimiento es lo que nos va a permitir construir una sociedad democrática, plural, de decisiones, en el avance de la comunidad científica y tecnológica.
Entendiendo que hoy día el fenómeno de la globalización exige respuestas inmediatas y certeras, que, si de nuestra parte no las hay, entonces estaríamos quedando en el mundo de la obsolescencia o tradicional, es allí donde debe centrarse la atención de los individuos, como seres humanos que formamos parte de un conglomerado, se hace necesario que entre todos se genere el conocimiento, respetando esos patrones conductuales que nos caracterizan e identifican como fundamento social.
La socialización de saberes desde la perspectiva de la investigación va a permitir ese mantenimiento que se tenga ante la comunidad científica, independientemente del paradigma seleccionado, aquí lo más importante es ese proceso de interés tanto del individuo como del grupo de investigadores, de cara a insertarse en el entramado social en el que se encuentra, desarrollando consigo de manera permanente una laboriosa tarea en pro de la consecución de los objetivos planteados.
Por tanto, dentro del contexto de la comunidad científica, se hace ineludible incentivar a sus miembros de manera permanente con la finalidad de aumentar las posibilidades para la producción de conocimientos en todas las ramas por medio de un desempeño exitoso del hombre en todas sus esferas, suponiendo multiplicar saberes o experiencias indispensables. Es por ello que se hace imperioso contar con sistemas educativos sustentados en valores éticos, morales, con la consecuente actitud de enfrentar los problemas relacionados con su conocimiento y desenvolvimiento social, proporcionando la posibilidad de convivencia en igualdad de condiciones a toda la población, pudiendo ofrecer sentido y armonía a la vida del hombre.
Son los aportes de las investigaciones los que constituyen productos de la actividad investigativa en la cual se han de utilizar procedimientos y métodos científicos que permitan dar solución a problemas de la práctica o de la teoría que se materializan en sistemas de conocimientos sobre la esencia del objeto o sobre su comportamiento en la práctica; en: modelos, sistemas, metodologías, estrategias, producciones materiales entre otros.
Dra. Lenys Piña Ferrer